dimarts
dilluns
Hubo un tiempo
Como particulares atrapados en un alquiler,
tan solo nos queda el silencio,
victimas de tantos ayeres fugitivos,
a los que ninguno supimos bautizar un nombre.
Es curioso masticar la palabra amistad,
cuando por costumbre,
y testiga de nuestro ebrio ejemplo,
siempre nos enseña, que renegado no convierte pasado en realidad.
tan solo nos queda el silencio,
victimas de tantos ayeres fugitivos,
a los que ninguno supimos bautizar un nombre.
Es curioso masticar la palabra amistad,
cuando por costumbre,
y testiga de nuestro ebrio ejemplo,
siempre nos enseña, que renegado no convierte pasado en realidad.
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